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Comida casera espectacular. Sin lugar a dudas, no decepciona, fuimos 6 amigos y salimos bien alimentados y bebidos (con buen vino), relación calidad-precio excelente. Quiero destacar especialmente su cocido montañés y tortilla de patatas. También disfrutamos de unas chuletas de vaca típicas de Cantabria fantásticas.
Fui con muchas expectativas por todo lo que me habían contado. Comimos en grupo de 8 personas y la relación calidad-precio no es del todo mala, aunque considero que es un poco caro para lo que ofrecen. En el caso de mi mesa de 4 personas, pedimos entrecot y la verdad es que estaba duro y poco sabroso, lo cual fue decepcionante considerando el precio de 24 euros. El servicio fue bueno, con mucho personal trabajando para atender a la cantidad de clientes que había. Los torreznos estaban deliciosos, crujientes y sabrosos, los molletes de jamón estaban correctos, y el jamón era bastante bueno, aunque nada fuera de lo común. Respecto al cordero, que es su especialidad, estaba bien, pero he probado mejores en otros lugares. Los postres caseros eran muy ricos, especialmente el hojaldre de crema. En resumen, fue un poco decepcionante, partiendo de la base de que la comida estaba aceptable.
En términos generales, todo muy bien, el lechazo estaba delicioso y en su punto. Nos pareció un poco caro la ensalada, que es básicamente lechuga con cebolla a 6€ y las patatas que venían en un plato pequeño a 3,5€.
Por otro lado, la atención fue excelente y la comida también. Sin duda, un lugar para repetir.
Una experiencia culinaria de diez, acompañada de un servicio por parte del personal espectacular. Seguro que regresaremos, restaurante muy recomendable.
¡Los torreznos estaban riquísimos! 💪
Es toda una experiencia recomendable.
Deleitarse con unos Huevos con morcilla tal y como los preparan aquí desde siempre... No tiene precio, pero que trabajen profesionales que te sorprendan como si estuvieras en el mejor hotel, escuchando tus deseos y haciéndolos realidad... Es de 10.
@Maite nos trajo unas rosquillas para acompañar el café por un simple comentario
¡Muchas gracias!
Fuimos a este local por la fama de los asados y las chuletillas de cordero y las largas colas que se formaron en la entrada nos dieron a entender que no estábamos equivocados. Torreznos deliciosos, jugosos y muy tiernos. La carne en su punto justo de parrilla y muy tierna. Pero lo que resultaron espectaculares fueron las chuletillas de cordero: las sirven sobre una pequeña parrilla con sus brasas para que no pierdan calor a la vez que se siguen cargando de sabor e inundan la mesa de ese olor tan familiar y casero a parrilla y una sartencita de patatas fritas. Creo que no aceptan reservas (al menos los domingos) debido a la enorme afluencia de comensales, es mejor ir tempranito como nosotros (sobre las 2 no es madrugar). Muy recomendable. Volveremos.
Lugar bonito y tradicional donde disfrutar de un buen lechazo castellano. Ofrecen un menú con morcilla de arroz, chorizo, lechazo y postre a elegir, que suele ser lo más pedido como comida. Personal atento y amable. Salones limpios, amplios y decorados de forma adecuada. Un gran horno preside el salón principal. ¡Para repetir sin duda!
Si queréis disfrutar de una buena comida en la A1, no hay duda de que El Lagar de Milagros es una excelente opción.
Con un acceso sencillo en ambas direcciones y un amplio estacionamiento.
Nada más entrar, el olor a "lumbre" te invita a disfrutar del ambiente.
El comedor, de estilo clásico, tiene vistas al horno de donde no paran de salir cuartos de lechazo.
El servicio es atento, diligente y cercano en ocasiones.
Destaco el pan, lo mejor de la comida.
Probamos pimientos asados con ventresca, alcachofas a la plancha y mollejas de cordero. Todo estaba sabroso y bien preparado. Tengo mis dudas sobre si las alcachofas eran naturales...
Los postres eran clásicos y ejecutados correctamente, además de en generosas porciones.
El café era malo y quemado, como suele ser en la mayoría de estos restaurantes. Creo que deberían mejorar ofreciendo un buen café de puchero.
Para finalizar, nos invitaron a rosquillas y diferentes licores digestivos, con o sin alcohol.
El local estaba bastante lleno, pero el servicio fue rápido, lo cual en un principio parecía una buena señal. Sin embargo, la comida no estuvo a la altura de las expectativas. El pincho de tortilla vegetal tenía una textura demasiado densa y poco sabor; la combinación de tomate grueso, lechuga abundante y pan no contribuyó a mejorar la experiencia. En cuanto al bocadillo de lomo con queso, el lomo estaba rico, pero el pan resultó estar recalentado y poco apetitoso. Lo mejor fue el café, aunque la experiencia se vio empañada cuando la camarera me pidió que desocupara la mesa para otros comensales, a pesar de haber gastado 16€ y esperar disfrutar de la comida con calma.
Un lugar muy acogedor y cálido para relajarse cómodamente cuando estás de viaje por la A-1. La comida castellana y tradicional es muy atractiva para los sentidos: los torreznos, la oreja rebozada, la tortilla de patatas riquiiiiisimos. El restaurante huele genial a leña y tienen un horno donde asan cordero que algún día tendré que ir a probar expresamente (me da la impresión de que no deberá defraudar). Me parece acertado que el restaurante haya mantenido una decoración rústica inspirada en un lagar bodega castellana que da la bienvenida a la comarca de la ribera del Duero. Se puede aparcar genial (amplio aparcamiento). Las instalaciones están limpias y bien mantenidas (los baños son el reflejo de un negocio, limpios, sin malos olores y cuidados). El servicio es impecable, de 10, amables, rápidos y eficientes. Totalmente recomendable, una de las mejores áreas de descanso en carretera que puedas encontrar. No hacen reservas; al llegar si hay sitio te sientas y comes, si no, te esperas o te vas (recomiendo esperar). Este lugar es un placer para disfrutar de una fría y invernal mañana de un día de perros, donde sentir el calor del horno y estufas de leña del Lagar mientras te zampas cualquier plato contundente de los que tienen. También tienen alojamientos, pero no puedo hablar de ellos porque no los he utilizado.
He buscado por Internet un sitio para comer en el trayecto hacia Burgos y la verdad es que he acertado de pleno, ¡es un lugar inmejorable! Me encantó y qué lechazo tan exquisito.
Hacía tiempo que no paraba en Milagros y por tanto no sabía cómo estaría ahora El Lagar de Milagros para comer. Las opiniones que había leído en las redes tampoco me aclaraban mucho porque las hay de todo tipo. Así que esta vez decidí entrar y comprobarlo por mí mismo, llegando a la conclusión de que sigue estando bastante bien. Buena comida, con platos variados y raciones abundantes, fruto de un buen producto bien tratado en cocina. La comida castellana sigue siendo lo más solicitado. El horno sigue funcionando bien y la comanda se sirve rápido y bien de temperatura. Las personas que nos atendieron fueron amables y serviciales y realmente salimos satisfechos. Bien los entrantes y las chuletillas estaban realmente exquisitas. Esta vez no tomamos postre, pero los que vimos que servían a otras mesas tenían una pinta estupenda y, a juzgar por lo limpios que dejaban los platos, debían estar muy buenos. La bodega era bastante decente, claro que tampoco se podría esperar otra cosa estando donde estamos. En cuanto a precios, no me han parecido elevados, ni los platos ni los vinos. Por tanto, todo correcto y espero repetir de nuevo.